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Inscripción a Catequesis
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Publicamos una carta que hemos escrito las Parroquias de Puertollano referente al inicio de la CATEQUESIS.
Es una carta donde al final se invita a que cada uno se ponga en contacto con su Parroquia.
En esta carta podemos ver cómo las Parroquias estamos poniéndonos en marcha en el inicio de la catequesis dentro de la situación que tenemos de pandemia a consecuencia del Coronavirus. Así, hemos adaptado todo a las normas sanitarias.
En la PARROQUIA SAN JOSÉ, en uno o dos días, recibiréis información de cara a la organización de la INSCRIPCIÓN, el modo de hacerlo (este año va a ser telemática), y los días para hacerla.
El lunes pasado, día 28 de septiembre, tuvimos reunión del Consejo Parroquial de Pastoral.
Comenzamos rezando en la Capilla, con el texto de San Mateo de quien construyó la casa sobre arena y sobre roca. Puede venirnos bien en este tiempo en el que tenemos que animar y comenzar el curso pastoral en este tiempo de pandemia, donde no tiene que destruir la casa el viento y el agua, el virus actual..
Vamos a comenzar todo adaptándolo a la situación que tenemos, sin suspender nada, viendo cómo va desarrollándose todo.
Pedro Antonio, el sacerdote, se ha reunido previamente con casi todos los grupos (solo falta con la Pastoral de la Salud y Vida Ascendente), por lo que ya está programado el curso en los distintos grupos, encuadrados en las comisiones. Todo desde la clave que tenemos que convivir con el virus, siendo responsables, pero nunca cerrando todo.
El consejo lo forman estas comisiones:
- COMISIÓN DE FAMILIA: grupos de matrimonios (Equipos de Ntra. Sra.) Raquel Muñoz y Juan Carlos Madueño; catequesis prebautismales, Pepi Amaro; Vida Ascendente, Josefina.
- COMISIÓN DE CATEQUESIS: catequesis, Use Palacios; maestros de religión, Patricia Paniagua.
- COMISIÓN DE LITURGIA: liturgia, María Cáceres; Cofradía Jesús Orando en el Huerto, Loli; Cofradía Ntra. Sra. de la Piedad, Rafael del Hoyo; coro, Sarai Molina
- COMISIÓN DE CARIDAD: Cáritas, Mari Carmen Montoya; Manos Unidas, Mari Ángeles Salgado; Pastoral de la salud, Magdalena Berdonces.
- PASTORAL CON JÓVENES: grupo Life Teen "SANJOVEN", falta elegir representante.
- CONSEJO DE ASUNTOS ECONÓMICOS: José María Fuentes.
Pedimos al Señor para que podamos dar respuesta pastoral este curso en la situación de pandemia que tenemos.
La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española ha publicado una nota con motivo de la tramitación de la ley sobre la eutanasia.
Además de la nota, compartimos otros documentos de interés sobre el tema:
No hay enfermos “incuidables”, aunque sean incurables
Reflexión a propósito de la tramitación de la ley sobre la eutanasia
El Congreso de los Diputados ha decidido seguir adelante con la tramitación de la Ley Orgánica de regulación de la eutanasia. Es una mala noticia, pues la vida humana no es un bien a disposición de nadie.
La Conferencia Episcopal Española ha reflexionado repetidas veces sobre este grave asunto que pone en cuestión la dignidad de la vida humana. El último texto fue publicado el pasado 1 de noviembre de 2019 bajo el título “Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de la vida humana” y en él se examinan los argumentos de quienes desean favorecer la eutanasia y el suicidio asistido, poniendo en evidencia su inconsistencia al partir de premisas ideológicas más que de la realidad de los enfermos en situación terminal. Invitamos encarecidamente a la comunidad cristiana a su lectura y al resto de nuestros conciudadanos a acoger sin prejuicios las reflexiones que en este texto se proponen.
Insistir en “el derecho eutanasia” es propio de una visión individualista y reduccionista del ser humano y de una libertad desvinculada de la responsabilidad. Se afirma una radical autonomía individual y, al mismo tiempo, se reclama una intervención “compasiva” de la sociedad a través de la medicina, originándose una incoherencia antropológica. Por un lado, se niega la dimensión social del ser humano, “diciendo mi vida es mía y sólo mía y me la puedo quitar” y, por otro lado, se pide que sea otro –la sociedad organizada– quien legitime la decisión o la sustituya y elimine el sufrimiento o el sinsentido, eliminando la vida.
La epidemia que seguimos padeciendo nos ha hecho caer en la cuenta de que somos responsables unos de otros y ha relativizado las propuestas de autonomía individualista. La muerte en soledad de tantos enfermos y la situación de las personas mayores nos interpelan. Todos hemos elogiado a la profesión médica que, desde el juramento hipocrático hasta hoy, se compromete en el cuidado y defensa de la vida humana. La sociedad española ha aplaudido su dedicación y ha pedido un apoyo mayor a nuestro sistema de salud para intensificar los cuidados y “no dejar a nadie atrás”.
El suicidio, creciente entre nosotros, también reclama una reflexión y prácticas sociales y sanitarias de prevención y cuidado oportuno. La legalización de formas de suicidio asistido no ayudará a la hora de insistir a quienes están tentados por el suicidio que la muerte no es la salida adecuada. La ley, que tiene una función de propuesta general de criterios éticos, no puede proponer la muerte como solución a los problemas.
Lo propio de la medicina es curar, pero también cuidar, aliviar y consolar sobre todo al final de esta vida. La medicina paliativa se propone humanizar el proceso de la muerte y acompañar hasta el final. No hay enfermos “incuidables”, aunque sean incurables. Abogamos, pues, por una adecuada legislación de los cuidados paliativos que responda a las necesidades actuales que no están plenamente atendidas. La fragilidad que estamos experimentando durante este tiempo constituye una oportunidad para reflexionar sobre el significado de la vida, el cuidado fraterno y el sentido del sufrimiento y de la muerte.
Una sociedad no puede pensar en la eliminación total del sufrimiento y, cuando no lo consigue, proponer salir del escenario de la vida; por el contrario, ha de acompañar, paliar y ayudar a vivir ese sufrimiento. No se entiende la propuesta de una ley para poner en manos de otros, especialmente de los médicos, el poder quitar la vida de los enfermos.
El sí a la dignidad de la persona, más aún en sus momentos de mayor indefensión y fragilidad, nos obliga a oponernos a esta esta ley que, en nombre de una presunta muerte digna, niega en su raíz la dignidad de toda vida humana.
La comunidad parroquial de San José de Puertollano, pedimos por D. Antonio Algora, nuestro Obispo Emérito, por su pronta recuperación.
Desde este domingo 20 de septiembre, don Antonio Algora, obispo emérito de Ciudad Real, está hospitalizado en el Hospital de la Paz de Madrid a causa de una neumonía producida por el coronavirus. Desde su ingreso, evoluciona favorablemente al tratamiento.